domingo, 31 de agosto de 2014

Fin de los Tiempos: (Relatos III) Dos hermanos enfrentados


Hola a todos. Tras repasar ayer la situación actual de los Hombres Lagarto y de los Elfos Oscuros, hoy les toca a los Altos Elfos.

En el relato de Warhammer: Nagash, Tyrion y Teclis han vuelto a Ulthuan para encontrársela prácticamente invadida por los demonios y con Imrik a punto de ser nombrado Rey Fénix después de que Finubar se encerrara en su torre. Tyrion se debate entre ir en pos de la Hija Eterna, la hija de Reina Eterna y Finubar, o quedarse en Ulthuan, mientras Teclis le insiste en que defienda a su pueblo. De todos los relatos leídos hasta ahora, es mi favorito.

Aquí lo tenéis!

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La puerta del salón de la asamblea se abrió con un movimiento de la mano de Teclis y el mago atravesó la cámara. Era una de las mansiones más antiguas de Tor Alin, que se remontaba al reinado de Caledor I. ¿Cuándo tiempo seguría en pie?, se preguntó Teclis. ¿Cuánto tiempo aguantaría Ulthuan en esos días oscuros?
    Tyrion estaba de pie en el centro de la mesa, con las manos apoyadas en la mesa de madera plateada, mirando fijamente el mapa del presuntuoso Imperio de los Hombres. Ocasionalmente revisaba un pergamino que contenía informes de tropas listas para la batalla en los Diez Reinos. Teclis sabía que llevaba ahí, por lo menos, un día y una noche.
    -No debes abandonar Ulthuan —dijo Teclis, acercándose al lado de su hermano y observando el mapa—. Ni siquiera para salvar a Aliathra.
    -Debo hacerlo —respondió Tyrion en un tono que no admitía réplica—. Esta tarea no puede dejarse en otras manos: es el futuro de nuestra raza.
    -¿Lo es? —preguntó Teclis tristementes—. Nunca has podido mentirme, hermano.
    El mago suspiró.
    -Siempre me he preguntado cómo se manifestaría la maldición de nuestro linaje en ti. Ahora sé una parte. Si las más antiguas de nuestras leyendas son verdad, estamos condenados desde mucho antes de que Aliathra fuera secuestrada. Tú nos has condenado, Tyrion, hace mucho tiempo. ¿Qué pudo poseerte para que cometieras esa insensatez?
    -No espero que lo entiendas —soltó Tyrion, sacudiendo la mano en un ademán desdeñoso—. Siempre has sido desapasionado y distante, con más cariño a tomos secos y polvorientos que a cualquier cosa que ande y respire.
    -Me sorprende que pueda juzgarme tan mal alguien que me conoce tan bien —respondió Teclis fríamente, y se dio la vuelta furioso. Sabía que el enfado de su hermano no iba dirigido a él, pero le hizo ir directamente al grano. Sacudió la cabeza y se volvió a poner en pie.
    -No he venido para discutir, hermano —dijo, de cara todavía a la puerta—. He venido a descubrir la verdad, y ya lo he hecho. No hablaré de esto con nadie más: ni con el consejo ni con la mismísima Reina Eterna.
    -¿Quieres que me quede parado, que no haga nada? —preguntó Tyrion en voz baja, con su furia enfriándose y convirtiéndose en algo mucho más peligroso—. ¿Quieres que la abandone?
    -Quiero que seas el líder que tu pueblo necesita en tiempos de sangre y fuego —dijo Teclis suavemente, volviendo a mirar a su hermano—. Aun si la salvas, Aliathra nunca podrá ser la Reina Eterna, y si abandonas Ulthuan, miles perecerán. ¿Puede una vida, cualquier vida, valer tanta muerte?
    No hubo respuesta, así que Teclis insistió.
    -Lloraré por tu hija más tarde, hermano. Pero ahora me preocupa el destino de toda nuestra raza, como debería preocuparte a ti. Al menos que puedas encontrar una manera de engañar al destino, los Asur pronto no serán más que un recuerdo. Veré la mismísima destrucción del mundo antes de que eso pase. ¿Qué vas a hacer tu?
    -Lo que tenga que hacer —respondió Tyrion sombríamente.
    -¿Pero lo harás para apaciguar tu culpa o para proteger a tu pueblo, que confía en su mayor campeón ahora más que nunca?
    Teclis sintió la mirada furiosa de su hermano, pero se la devolvió sin inmutarse. Luego suspiró.
    -Muy bien, sé que es una tontería intentar convencerte de algo cuando ya has tomado una decisión y yo también tengo cosas que hacer —con un movimiento circular de su túnica se giró y caminó bruscamente haca la puerta, pero se detuvo un instante en el umbral—. Te perdono por lo que has hecho, hermano. Sólo espero que, llegado el momento, me perdones por lo que debo hacer ahora. 

7 comentarios:

  1. Dios,esto no se puede quedar asi!!que van a hacer?!?! Dime que hay mas!

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  2. Lo de la hija bastarda de Tyrion ya se comentaba. Pero me estremece qué ha decidido hacer Teclis. Probablemente algo bien oscuro, aunque tenga buenas intenciones.

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  3. Bufff que ganas de que me llegue mi libro!!!!!

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  4. duda: estos relatos vienen en el libro de nagash?

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  5. Pufffff esto si que tiene miga. Sin duda es el mejor hasta ahora! El caso es... esto ocurre antes del rescate en los libros de ejercito o despues? Cuantas veces han seceustrado a la dama?

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